Después de programar Un violent désir de bonheur, verla nuevamente en sala y compartir extraordinarias reflexiones con Clément Schneider, los Jóvenes Programadores del Festival de Cine de Sevilla escriben sobre la película.
Los Jóvenes Programadores y nuestro violento deseo de alegría
No es fácil crear una buena historia; y, menos aún, que los espectadores sean capaces de conectar con ella. Por esto mismo, resulta chocante que unos jóvenes hablemos de cómo nos ha llegado al corazón una película que habla de la Revolución Francesa en un contexto puramente rural. Y, sin embargo, todos profesamos una enorme admiración hacia ella. Porque, a pesar de transcurrir siglos atrás, no hace más que abocarnos al presente, a nuestro día a día.
Somos los Jóvenes Programadores del Festival de Cine Europeo de Sevilla, de entre 15 y 19 años; y Un violent désir de bonheur nos ha cautivado desde la primera vez que la vimos. Ni que decir tiene que ha sido objeto de nuestra conversación durante horas. Incluso hemos tenido la oportunidad de intercambiar algunas honestas palabras con el director. Y, ahora, nos gustaría hacer lo mismo con vosotros:
«Me gustaría decir que la película me ha parecido a mí una maravilla. He disfrutado mucho con ella, desde mi perspectiva, es dulce y violenta, alegre y emotiva. Me he sentido nostálgica viéndola, aunque la película me pille históricamente muy lejos. Y es por todo esto que la recomiendo tantísimo, ya que es de esas que te llegan y te hacen reflexionar.»
Alicia Rodríguez-Piñero
«Se trata de una película histórica y, sin embargo, es fresca, novedosa y, sobre todo, muy poética. Tras sus escenarios casi idílicos en un contexto plenamente violento se esconden nuestros personajes, jóvenes y muy humanos. La belleza de sus imágenes y el lirismo de sus palabras, a veces, hacen pensar que el director dibuja con pinceladas renacentistas; y que, quizás, nada ha cambiado demasiado desde entonces.»
María Gómez
«Una película histórica rabiosamente actual. A pesar de que su argumento se desarrolle en una etapa histórica tan importante como es la Revolución Francesa, eso ha servido de canal para contar una historia donde se reflejan y plantean ideas de gran trascendencia para la sociedad de hoy día. Visualmente es una maravilla, donde prima la naturalidad y una ambientación histórica muy lograda. Ver esta película me hizo recordar esas largas horas que pasé en el Museo del Prado. También me fascinó las interpretaciones del reparto, que las sentí muy cercanas. Una película muy interesante y reflexiva, que sin duda, será difícil olvidarme de ella.»
Martín Fernández
«Un violent désir de bonheur es frescura. Es poesía sin complejidades, plasmando los cambios y debilidades de los jóvenes de hoy en día de una manera bellísima y lírica. Su lenguaje, tan cuidado, y sus potentes imágenes delicadas, elevan su idea a un viaje fascinante para todo el mundo, renovador y fiel reflejo de las frecuentes preguntas que se hace la juventud. En la Revolución Francesa, hoy en día o en el futuro, ese alma de la gente que se está conociendo a ellos mismos siempre estará cargada de amor, y descubrimiento, sin barreras de religión o raza, de pensamiento u hogar. Está película no es que no tenga barreras, sino que crea caminos entre los diferentes mundos.»
Juan Carlos Iglesias Francés
«Ver esta película fue increíble, la definiría como dulzura, guerra y frescura. A través de un acontecimiento tan relevante como es La Revolución Francesa, y desde la sencillez, el director fue capaz de expresar ideas relativamente complejas que implican deshacerse de una identidad anterior. Ese encontrar a alguien que te haga descubrirte a tí mismo y encontrar tu propio camino hace mágico este largometraje. Además, a esto se le suma ese estupendo uso de la música que ayuda a relacionar los eventos históricos a los tiempos más recientes. Me gustaría añadir, que al poder adaptar estos valores representados en la película a la juventud de hoy en día, hace que le dé mucho juego y pueda concernir a un público muy amplio.»
Marina Selva Mas
«Lo que más me ha sorprendido de esta película es como el director consigue tratar el tema del amor juvenil con tanta naturalidad e inocencia combinado con paisajes hermosos y un reflejo de la juventud actual trasladada a la Revolución Francesa.»
Ana Romero Plaza