El D’A Film Festival se celebró entre el 25 de abril y el 5 de mayo. Este festival es conocido por traer las mejores propuestas del cine de autor internacional que han triunfado en aclamados festivales (Berlín, Cannes y Locarno entre otros) y apostar fuertemente por descubrir nuevos autores nacionales, además de homenajear a artistas ya consagrados.
Este año tuve la gran oportunidad de formar parte de los Jóvenes Programadores, una iniciativa desarrollada por el equipo de A Bao A Qu que nos permitió a mí y a otros 13 jóvenes interesados en el mundo del cine programar la Sala Jove del D’A Film Festival. Con este objetivo en mente, los 14 comenzamos a reunirnos asiduamente cada semana para ver películas candidatas a ganarse un puesto en la parrilla, comentarlas y debatir sobre ellas. Asimismo, contábamos con la ayuda de profesionales que nos guiaron en este proceso: Arnau Vilaró (script) y Mireia Canals (coordinadora de los programas europeos de A Bao A Qu). Ellos nos cautivaron en esta aventura que duró poco más de 2 meses e hicieron que, completos desconocidos, formaran un fuerte vínculo a través del cine.
Tras muchos nervios y preparación llegó el primer día en el que debíamos presentar la Sala Jove, exponiendo la nueva propuesta de Jonás Trueba, un proyecto llamado Quién lo impide (2018) que de momento está constituido por 4 películas y que se centra en los estudiantes de un instituto madrileño. Jonás nos acompañó durante estas 9 horas que pasamos en la sala de cine, junto a los actores Pablo Hoyos, Silvio Aguilar y Candela Recio y su ayudante de dirección Lorena Tudela. Aprovechábamos los descansos entre películas para hablar con ellos y entablar cierta amistad que surgió naturalmente después de estar tantas horas juntos e incluso nos invitaron, una vez finalizada la sesión, a acompañarles y celebrar la mayoría de edad de Candela, que justo cumplía 18 años ese mismo día.
El día siguiente empezamos con el último documental de Nicolas Philibert: De chaque instant (2018), un homenaje a la profesión de enfermero que nace de la experiencia personal del propio Philibert, que en 2016 tuvo que ser ingresado al hospital tras una embolia.
Tras la proyección, presentamos el último cortometraje de Carla Simón, Después también (2019), a la que conocimos el día anterior y nos acompañó también en la proyección, además de darnos muchos ánimos y las gracias por haber elegido su cortometraje. Acabamos el día con la proyección de L’époque (2018), la ópera prima de Matthieu Bareyre, un documental muy crítico con la sociedad, desde el punto de vista de una juventud francesa desencantada con el pésimo legado dejado por la generación anterior.
La Sala Jove no volvería hasta 5 días después, pero los Jóvenes Programadores exprimimos nuestro tiempo al máximo, para asistir a las otras secciones del festival que, como es habitual, no defraudó en absoluto y nos hizo descubrir joyas del cine de autor.
El último día comenzó con una sorpresa: el día anterior había confirmado su presencia Alessia Chiesa, directora de El día que resistía (2018), película que habíamos elegido para nuestra programación. Con un poco de estrés por los cambios de última hora conocimos a la directora, quien también fue muy afable con todos nosotros y especialmente atenta con aquellos que presentábamos su último filme.
Seguidamente proyectaríamos la que sería la ganadora del premio que entregaba la Sala Jove: Ruben Brandt, Collector (2018) de Milorad Krstic, una atrevida ópera prima de animación que tardó en realizarse 8 años y que tuvo una gran acogida tanto por parte de los programadores, como del público. Acabamos el día con los ánimos bien altos por haber hecho bien nuestro trabajo y con la promesa de volver a vernos.
No obstante, en la clausura dejamos escapar las emociones sabiendo que era nuestra última vez juntos en el festival, abundaron los abrazos y algunas lágrimas, sabiendo que acabábamos de vivir una experiencia que probablemente nunca olvidaríamos. Así pues, me gustaría dar las gracias a Marc, Andrés, Sabrina, Dani Cama, Maria, Berta, Roger, Pol, Martí, Jordi, Dani Molina, Sofía y Elisenda por acompañarme en esta aventura y otra vez a Mireia y Arnau por elegirnos y guiarnos tan sabiamente.
P. Arenós en Caméra-Stylo. Revista ECIB (Escola de Cinema de Barcelona)