Alessia Chiesa
El amanecer de El día que resistía se desvela con el rumor de las hojas. El sol, los juegos, los caramelos y los cuentos mecen la inquietante soledad de Claa (5), Tino (7) y Fan (9), tres niños que esperan el regreso de sus padres, inexplicablemente ausentes. Sin nadie que cuide de ellos, los protagonistas se ocupan de la casa a su manera. La ópera prima de la argentina Alessia Chiesa abraza el punto de vista de los niños: su pesadilla y su incomprensión se intuyen en las imágenes del film e impregnan la pieza del lado inimaginable y oscuro de la niñez mediante un tono de extrañeza. La cineasta propone una mirada poco habitual sobre la cotidianidad y el tedio de los niños, y desvanece la tenue frontera entre la realidad y la imaginación. Asistimos a la transformación latente de un hogar cada vez menos acogedor: la luz melosa se apaga, los cuentos se acaban, los días se abandonan al sueño y los niños son devorados por la noche.
Texto elaborado por los Jóvenes Programadores Moving Cinema D’A