El retrato generacional de mi familia es un testimonio de representación que siempre me ha interesado. Desde las primeras películas, La casa de mi abuela, hasta La jaula. Siempre he querido trabajar con los recuerdos familiares. Este en especial podría ser un cortometraje de archivo familiar, un retrato del final de la vida de mi padre. El cortometraje surge de una necesidad vital. Mi intención fue poner en escena un domingo de su vida cotidiana. El domingo es un día clásico: arroz, familia y canarios. (...) Montarlo me costó tres años. Con la distancia y el paso de los años, logré montar el cortometraje. Es muy difícil afrontar un material tan potente emocionalmente. Decidí distribuir el corto porque la gente ya conocía parte de la historia, ya que quince años antes ya había filmado a mis padres en La casa de mi abuela. Están acostumbrados. Han salido en tres o cuatro películas de ficción que he rodado. Me gusta trabajar ficcionando el documental, soy cineasta, así que quise ir más allá de un retrato a mis padres, y quise acompañarlo con la historia de los canarios para plasmar el carácter especial y la forma de ver el mundo que tiene a mi padre. Me interesa mucho coger la cámara e ir yo solo a filmar, depende del enfoque necesitarás un tipo de equipo u otro. Para acercarme a mis padres quería un espacio muy íntimo.

*Reflexiones de Adán Aliaga extraídas de las conversaciones con el grupo de Jóvenes Programadores Moving Cinema.